Hace ya casi dos meses mis alumnos y yo nos despedimos. Fue un momento agridulce... Feliz y orgullosa por verles marchar hacia sus merecidísimas vacaciones, hacia una nueva etapa. Pero también triste, muy triste porque ellos han sido mi día a día durante 3 maravillosos años. Siempre he presumido del grupo tan estupendo que tenía en mis manos. Evidentemente se les coge cariño, se les quiere muchísimo y les echaré mucho de menos. Parece que era ayer cuando llegaban temerosos al aula de 3 años y el cole, y yo personalmente, les recibía con los brazos y el corazón abierto.
Familias, ¡qué importante ha sido vuestro papel durante estos años! Desde el momento en el que decidisteis que el Colegio María Inmaculada seria vuestro colegio, vuestra casa, y poníais en nosotros toda vuestra confianza, hasta ese último día de junio en el que nos despedíamos con abrazos y lágrimas en los ojos. Hemos vivido muchas cosas juntos... Gracias, una vez más, por todo.
Y gracias también a esos pequeños que hoy ya no lo son tanto. Han hecho que mi trabajo, mi vocación, siguiera teniendo sentido, Han hecho que la ilusión aumentara día a día, presentándome nuevos retos, haciendo cada día diferente al anterior, llenándome de cariño y haciendo que cada vez siga siendo más feliz siendo maestra.
Nunca olvidaré esta promoción, este grupo, estas familias, este gran equipo que hemos formado juntos. Tanto a los que habéis estado conmigo desde septiembre de 2011 hasta hoy, como los que se han quedado en el camino o los que os habéis incorporado más tarde a esta "familia". No me olvidéis vosotros a mi, por favor. Venid a verme a infantil, a contarme esas novedades que sabéis que me importan, a decirme cómo va todo en primaria, a darme un beso y un abrazo... Os quiero. ¡Hasta siempre!
Patricia.