martes, 24 de febrero de 2015

Mural de las emociones

        A veces resulta complicado trabajar el tema de las emociones con los más pequeños. A algunos niños les cuesta mucho exteriorizar cómo se sienten. Es más, a muchos de ellos, les cuesta identificar esas emociones. Por eso, para facilitar todo este proceso y para trabajar la inteligencia intrapersonal de los alumnos, utilizamos el mural de las emociones a diario.
          Es muy importante saber reconocer nuestros sentimientos y saber identificarlos en los demás. Por lo que llevamos ya unas semanas incluyendo este recurso dentro de nuestras rutinas de la mañana, durante la asamblea.
         Se trata de un panel desplegable con distintas emociones, fácilmente identificables gracias a la fotografía que les acompaña, y apoyadas por la representación escrita de las mismas. Cada mañana, cada alumno reflexiona sobre cómo se siente y piensa en cuál de los cuadrantes quiere colocar la pinza con su nombre. Al principio, todos los niños ponían la pinza en "contento". Poco a poco, hemos ido viendo que, aunque sentirse contento está fenomenal, no pasa nada si algunos días nos sentimos de otra manera. Yo, como tutora, también participo en esta rutina, lo que les ha servido para ver en los demás el porqué de algunas de estas emociones.



         Cuando dicen dónde van a colocar su pinza, deben explicar al resto por qué, especialmente si la pinza la colocan en una emoción que no sea "contento". No siempre se corresponde la explicación del motivo con la emoción que quieren manifestar pero para eso lo estamos trabajando, para aprender a diferenciar e identificar cada una de ellas y para perder ese miedo que a veces tenemos a decir cómo nos sentimos. 
          Considero que es un momento muy importante dentro de nuestras rutinas porque tienen la oportunidad de ser escuchados, consolados si es necesario, ayudados ante algunos de esos miedos que resultan incomprensibles para los adultos pero que ellos tienen, etc.
           Algunas de las cosas que suelen decir es que están tristes porque echan de menos a mamá, están enfadados porque mamá o papá les ha regañado, están asustados porque se les ha acercado un perro, están cansados porque se han acostado tarde, están contentos porque les gusta venir al cole, etc.
          Les gusta poder expresarle libremente, escuchar a sus compañeros, intentar encontrar el motivo por el que se sienten así, ser escuchados... ¡Seguiremos trabajándolo!



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